viernes, 2 de marzo de 2012

Reseña I “THE MAN HOW KNEW TOO MUCH”

 “THE MAN HOW KNEW TOO MUCH”
Esta película, cuya traducción al español responde a “El hombre que sabía demasiado”,  producida por Alfred Hitchcock en el año 1934, cuenta la particular historia de una familia inglesa que se ve involucrada en una conspiración política, su hija Betty es secuestrada como parte de un chantaje para mantener el silencio de sus padres hasta el día del atentado.
A la izquierda tomas iniciales de la película, la niña en medio de la pista de esquí. A la derecha la misma niña en medio del espía y la policía, quien intenta dispararle al hombre.
Desde el inicio de la trama la Betty (Nova Pilbeam) es presentada como un obstáculo, punto en el que coincidirán otros personajes, pues dificulta que las acciones de los otros -según la lógica del relato- se ejecuten de manera continua. Su perfil se mantiene bajo, pero le otorga sentido al final de la historia  cuando a través de ella se demuestra que su madre tiene una excelente puntería (contrario a lo mostrado inicialmente), por lo que se podría decir que siempre está en función de alguien más. Dicho de otra forma, el hacer del personaje no tiene relevancia en sí mismo, sino cuando establece una relación con otro de los personajes, en este caso de complementariedad de acciones (para los espías es asistente-obstáculo: es utilizada para chantajear a sus padres, su vida a cambio de silencio, mas al cierre su participación obstaculiza el actuar del espía).  
Jill (Edna Best), madre de Betty, se distingue como asistente (recibe una llave de Louis, un agente secreto que descubre dónde se hará el atentado y le indica una pista para descubrirlo), sin embargo, también representa una oposición al accionar de los espías: primero compite en un concurso de tiro al blanco, donde el otro participante gana, y se reafirma al descubrirse que el tirador que compite con ella es uno de los espías, quien resulta muerto por un tiro de Jill para intentar salvar a su hija (inversión del proceso).
En el cuadro de la izquierda Jill habla con su opositor el espía sin saber qué es. Del otro lado se muestra a Jill en su papel de aliada, justo cuando su amigo Louis le entrega la llave del cuarto donde deja la pista.



 A lo largo de la trama, el deseo de rescatar Betty la conduce al lugar donde se hará el ataque, y gracias a uno de sus gritos, la acción resulta frustrada. Luego de ver a una mujer -podría decirse- derrotada (falló su “tiro al aire”), al final el relato muestra a una Jill decidida, valiente y ganadora (le atina a muerte a su excompetidor), por lo que se muestra la evolución del personaje.
Sucede algo similar con su esposo Lawrence (Leslie Banks), quien al inicio no conoce absolutamente nada del complot, incluso está rodeado de los espías sin saberlo y, conforme avanza la trama, se entera de todos los datos del  plan que ellos llevarán a cabo. Se podría catalogar como personaje activo (es partícipe de las acciones del relato), ya que llega a concluir el proceso de “descubrimiento” realizado por Louis (quien fue asesinado por los conspiradores y, por obvias razones, no pudo terminar su “investigación”).
En el primer cuadro Lawrence habla con Abbott, el principal conspirador, sin conocer sus intenciones. En el cuadro de la derecha, ya es del conocimiento de Lawrence todo acerca del complot. 

Su paternalismo -la añoranza de Betty y el deseo de rescatarla- lo lleva a descubrir la conspiración planeada contra el  Cónsul británico. En este proceso se puede observar claramente la evolución del personaje, a quien hace referencia el título de la cinta.
Del otro lado está Abbott (Peter Lorre), el principal conspirador, se define hasta el final del relato. Cuando Jill compite, él está presente al lado de Lawrence y Betty (hasta le muestra a la niña una especie de artefacto, cuyo sonido se repite varias veces en el relato). Louis sospecha de Abbott, por lo que no lo ve con buenos ojos, pero ningún otro personaje nota este choque. El espectador se identificaría con él a primera entrada (por la simpatía que muestra), mas su progreso en el relato provoca el efecto contrario.
En Hitchcock es muy recurrente la distorsión de personajes, y se capta al personaje opositor cuando el final de la trama se acerca, como sucede con Abbott. 


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